CLAUDICACIÓN INTERMITENTE  O ENFERMEDAD DEL ESCAPARATE

 La arterioesclerosis es una enfermedad caracterizada por el estrechamiento progresivo de las arterias hasta su obstrucción. Como consecuencia de ello, se produce un déficit de aporte de oxígeno a los territorios afectados. Uno de los más característicos son las piernas, y en este caso se denomina Isquemia Crónica de MMII o Enfermedad Arterial Periférica. La prevalencia de esta enfermedad en la población española oscila entre el 2 y el 10%. Pero hay una serie de factores de riesgo que pueden hacer que esta enfermedad sea más frecuente. Destacamos varios: la edad (especialmente por encima de los 60 años), el género varón, el tabaquismo, la diabetes mellitus, el aumento del colesterol, la hipertensión arterial.




Podemos distinguir 4 grados de afectación:


  • El grado I, donde las arterias han empezado a estrecharse pero todavía no hay síntomas. Es difícil detectar estos pacientes a tiempo, pero es sumamente importante para comenzar con las medidas preventivas y los tratamientos cuanto antes. Una medida eficaz es la revisión por un Cirujano Vascular del paciente que tenga factores de riesgo, y si es preciso, le realizará un sencillo EcoDoppler arterial.
  • El grado II, donde el déficit sanguíneo determina que los músculos de las piernas se quejen con dolor cuando se les pide cierta actividad. Es éste apartado en concreto el que recibe el nombre de Claudicación Intermitente o Enfermedad del Escaparate, ya que el paciente se ve obligado a detener su marcha a distancias más o menos constantes. Es un dolor característico localizado generalmente en la zona de los gemelos de la pierna, que se desarrolla habitualmente tras caminar cierta distancia, y que suele obligar a pararse. El dolor aparece antes si el paciente sube cuestas o incluso escaleras.
  • En el grado III, la falta de sangre es tan importante que el dolor aparece incluso en reposo, especialmente en el pié. El paciente suele buscar una posición donde los pies queden en declive o colgando, para que la gravedad permita un mayor aporte de sangre. Por este motivo el paciente suele decir que le duele más por la noche.
  • Y en el grado IV, se desarrollan lesiones y úlceras que pueden ser predecesoras de la gangrena. Al grado III y IV se les conoce como Isquemia Crítica, ya que está seriamente amenazada la viabilidad de la extremidad, y la actuación por el Cirujano Vascular debe ser diligente.

¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?

 El tratamiento incluye varios aspectos.

1. En primer lugar es muy importante el ejercicio. Salir a pasear todos los días es fundamental. Andar es el mejor estímulo para que pequeñas arterias se desarrollen y puedan suplir a la arteria estrechada u obstruida. Se pueden realizar otros ejercicios o deportes, pero el verdaderamente importante es caminar.


2. En segundo lugar es crucial controlar los factores de riesgo. Es decir, debemos aplicar las medidas preventivas y terapéuticas necesarias para el buen manejo de aspectos como el aumento del colesterol, la hipertensión arterial y la diabetes mellitus. En este sentido es importante una correcta valoración multidisciplinar y el entendimiento entre el médico de cabecera y el Cirujano Vascular. Pero como acción más importante a destacar en este apartado, en caso de fumadores, es abandonar el hábito tabáquico cuanto antes. Está fuertemente demostrada la relación de la aparición de la arterioesclerosis con el tabaco, pero también su más rápido desarrollo y peor evolución si no se deja de fumar.

3. En tercer lugar debemos hacer referencia a la medicación, que el Cirujano vascular seguro mejor propondrá al paciente atendiendo a sus antecedentes. Hay medicación dirigida a enlentecer la progresión de la enfermedad, como los antiagregantes (ej: aspirina) o las estatinas, y medicación cuyo objetivo es aumentar la distancia de claudicación, como la pentoxifilina o el cilostazol.


4. Y en último lugar debemos mencionar que el Cirujano vascular dispone hoy en día de una serie de técnicas quirúrgicas muy variadas, para conseguir desobstruir las arterias cuando sea necesario. Desde simples angioplastias o dilataciones, pasando por muelles o stents, hasta operaciones más complejas como el bypass. El Cirujano Vascular es el especialista preparado para prevenir, diagnosticar, y tratar correctamente esta enfermedad.